Nuevas inteligencias

El término “inteligencia artificial” (IA), que se adoptó en la Conferencia de Dartmouth de 1956 a instancias del científico de la computación John McCarthey, no es el más acertado, pero ha llegado para quedarse, por su simplicidad, y porque a nadie se le ha ocurrido una alternativa. Se refiere a un modelo creado para resolver un problema específico o prestar un servicio concreto.

Partamos de un ejercicio mental. Si, efectivamente, como piensan algunos astrofísicos, no se puede ir a mayor velocidad que la luz, los viajes interestelares y no digamos los intergalácticos, serán muy difíciles para los humanos, porque no tendrían capacidad vital para cruzar espacios de miles o millones de años luz. Cabe pensar lo mismo de una civilización extraterrestre que nos descubriera, aunque las naves que llegaran a la Tierra fueran capaces de transportar alguna vida biológica (como esporas o bacterias) que pudiera desarrollarse después en formas más complejas. Hay que estar dispuestos a recibir a máquinas inteligentes, que se habrían perfeccionado a sí mismas en el tiempo del larguísimo viaje, y que probablemente discurrirían de otras formas distintas a las humanas. U otras formas, como la comunicación a través de sofones (protones equipados de inteligencia) que Liu Cixin ideó en su magnífica trilogía El problema de los tres cuerpos.

https://telos.fundaciontelefonica.com/nuevas-inteligencias/

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Divergencia con Europa: ¿se podrá recuperar el terreno perdido?

Tras un periodo exitoso de convergencia real de España con los países europeos tras su adhesión en 1986, la recesión que empezó en 2008 y la crisis de la pandemia han llevado a un marcado retroceso

En 1985, justo antes de entrar en la hoy Unión Europea, la renta per cápita española era de un 73% de la media comunitaria (recalculada por Eurostat, la oficina estadística de la UE, para los 27, en paridad de poder de compra). En 1991 había llegado a un 79%. Y en 2007, a un 105,4%. Toda una historia de éxito, de convergencia real. Pero en 2019 había caído al 90,7%, es decir, casi al límite para ser de nuevo elegible para el Fondo de Cohesión, instrumento ideado por España, posición en la que se situó en 2020 (con un 84,4%), y en 2021 (últimos datos disponibles, con un 83%). Ya solo superamos a siete países del Este (Bulgaria, Letonia, Hungría, Polonia, Rumanía, Estonia, Estonia) y a Portugal, Grecia y Croacia. Desde 2017 nos han adelantado, en estos términos, República Checa, Lituania y Eslovenia, así como Chipre (y Malta desde 2014). ¿Qué ha pasado? ¿Se podrá recuperar el terreno perdido?

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/divergencia-europa-podra-recuperar-terreno-perdido_129_10189000.html

EEUU se achina; China se americaniza

La competencia entre Estados Unidos y China está aumentando la convergencia entre sus políticas económicas, al menos las industriales. EEUU, con más planificación central e impulso desde el gobierno; el régimen chino recuperando a algunos grandes empresarios porque los necesita para garantizar la innovación tecnológica en el país. ¿Estamos ante un choque entre capitalismos? La competencia provoca más convergencia, pero esta a su vez lleva a más competencia. Cuidado.

Arrogancia occidental y vasallaje europeo

Ante la guerra de Ucrania y la creciente tensión con China, Occidente (es decir, sobre todo Estados Unidos) ha adoptado una actitud no ya defensiva, sino arrogante en la que no le sigue casi nadie en el resto del mundo. Es un poso de tiempos coloniales o imperiales, y, sobre todo, del momento unipolar que se vivió hasta hace poco. ‘La Administración Biden aspira a lograr un orden unipolar que ya no existe’, según el analista Stephen Walt, que asegura que EE UU tiene ‘miedo’ a un mundo ‘multipolar’. Obama calificó en su día a Rusia de mera ‘potencia regional’. Ya lo vemos. 

https://agendapublica.elpais.com/noticia/18541/arrogancia-occidental-vasallaje-europeo

En Inglés

https://agendapublica.elpais.com/noticia/18542/western-arrogance-and-european-vassalage

Los desposeídos

El fenómeno de la desposesión, de niveles y modos de vida, del Estado del bienestar, de empleos y trabajo, de capital cultural, afecta a las clases populares -se está viendo en las protestas francesa sobre el cambio en la jubilación, en EE UU con Trump- pero también a las clases medias. El impacto de la automatización de tareas y de la inteligencia artificial parece mayor que el de una globalización que han dejado de apoyar.

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/desposeidos_129_10117453.html

Integrar a Rusia en un hogar común europeo

Hay que empezar a pensar en una nueva estructura socioeconómica y de seguridad en Europa que permita incorporar a Rusia en un hogar común europeo, después de la guerra. Que establezca garantías –diferentes– tanto para Kiev como para Moscú. Con una premisa: Ucrania podrá entrar en la Unión Europea, pero no en la OTAN.

https://www.politicaexterior.com/integrar-a-rusia-en-un-hogar-comun-europeos/

El más listo de la clase

El presidente tiene instinto de poder, esencial en política, que lleva a saber cazar las oportunidades al vuelo. Ahora bien, aunque haya proyectos sectoriales y parciales, falta proyecto de país. Casi nadie lo tiene en Europa. Es algo que no depende sólo de un gobierno, menos aún de un partido, sino de toda la sociedad y del marco europeo y global

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/listo-clase_129_10064685.html

Es el más listo de su clase, lo que no garantiza que vaya a ganar, o mejor dicho, a poder volver a gobernar tras las próximas elecciones generales. Se ha quitado a todos los críticos cuando, con audacia, se hizo con el PSOE, y los que quedan callan, pues prefieren lo que hay al PP con Vox. No tiene sustituto en un PSOE de nuevo unido, pero vaciado, algo siempre preocupante. De los que empezaron con él en el juego de la política quedan pocos, y los nuevos no parecen estar a la altura. Rajoy, Rivera, Iglesias (que previsiblemente como dicen los americanos seguirá in power but not in office) han caído en el camino por sus propios errores. Yolanda Díaz, a la que el presidente necesita, podría ser una excepción, por buena ministra y política -lo ha demostrado una vez más en el debate de la moción de censura-, pero de momento para encabezar la candidatura a la izquierda del PSOE es una potencialidad. Veremos.

Envejecimiento activo

Los franceses protestan por un alargamiento de 62 a 64 años de la edad de jubilación. A la vez se está produciendo, al menos para alguna gente y países, una nueva tendencia, la del envejecimiento activo, que los anglosajones llaman active agingNo es un fenómeno únicamente estadounidense para asegurar unos ingresos suplementarios ante las bajas pensiones de jubilación, sino que se da mucho en la política, en empresas y en actividades afines porque en EE UU hay un mayor respeto hacia la seniorityEl presidente Biden, con 80 años, es el de más edad de la historia de la república, y si se volviera a presentar y ganara podría acabar su segundo mandato con 86 años (si fuera Trump, con 82). Mitch McConnell, líder republicano en el Senado, ha cumplido 81 años, aunque Dianne Feinstein -una de las pocas mujeres en este ránking-, senadora por California, tiene 89 años. El por segunda vez presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, está en 77. El jefe de Estado de más edad en activo en el mundo, con 90, es Paul Biya, presidente de Camerún. El Papa Francisco tiene 86 años, uno más que la edad a la que se retiró su antecesor, Benedicto XVI, que falleció con 95. En España, se está multiplicando este tipo de casos. Un economista de 89 años (Ramón Tamames) se presenta como candidato a presidente del Gobierno en una moción de confianza (promovida por Vox). A la alcaldía de Barcelona en mayo concurren Ernest Maragall (80 años) y Xavier Trías (76 años).

https://agendapublica.elpais.com/noticia/18479/envejecimiento-activo?utm_source=Base+dades%3A+La+Agenda+de+hoy&utm_campaign=7a5039aaa9-EMAIL_CAMPAIGN_2020_10_08_05_49_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_452c1be54e-7a5039aaa9-50663597

Lo llamamos nueva guerra fría, pero no lo es

La competencia entre EEUU y China es muy diferente de la que rigió entre Washington y Moscú y estructuró el mundo durante la guerra fría. Pese a las limitaciones que le impone EEUU, China está inmersa de lleno en la economía global y las inversiones estadounidenses en el país no dejan de aumentar. ‘Codependencia destructiva’ podría ser más adecuado para la competencia interdependiente actual.

Lo llamamos “nueva guerra fría”, pero la relación, competencia y colaboración entre Estados Unidos y China no solo no lo es, sino que guiarse por este concepto puede llevar a errores de visión y de política (policy). Más aún entre China y la Unión Europea, que ve, correctamente, a la superpotencia asiática como “socio, competidor y rival sistémico”. Utilizamos el término de guerra fría por pereza intelectual, y porque estamos inmersos en un periodo de transición, es decir, de desorden, de un orden mundial a otro cuyos contornos se divisan aún mal. La guerra fría responde a otra época y situación. No es un concepto útil hoy. Pese al discurso de la tensión entre Washington y Pekín, la realidad es otra. El episodio de los globos es un reflejo.

Lo que esta guerra ya ha cambiado

La guerra desencadenada hace un año de Rusia contra Ucrania ha cambiado, de nuevo, el mundo. Lo ha vuelto más ingobernable, con un Occidente más unido, más dependiente de EEUU pero más solo

En el año transcurrido, la guerra de Ucrania y sus consecuencias han producido un nuevo cambio de mundo, o, en algunos casos, una aceleración de cambios que ya estaban en curso. Hay una percepción europea de que ha vuelto la guerra -aunque nunca se había ido- a su escenario, se ha fortalecido el sentimiento de nación de Ucrania, Occidente está más unido pero a la vez más solo, los países terceros han ganado importancia y margen de maniobra, la integración europea ha avanzado, si bien con una mayor dependencia estratégica de Estados Unidos, la globalización está transformándose, la transición energética se ha acelerado, la gobernanza global brilla por su ausencia, aunque se multiplican los llamamientos a una paz que, por ahora, tanto Putin, enrocado, como Zelenski, rechazan.

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/guerra-cambiado_129_9975420.html