Los datos los carga el diablo. Pero las estadísticas son cosa del ser humano. Y no digamos ya las encuestas y lo que se hace con ellas. Sobre todo si lo hace una institución como el Banco Central Europeo y sus conclusiones, en lo que es la tragedia de la simplificación, son manipuladas política y mediáticamente en Alemania, una sociedad que siente que se ha empobrecido, y busca cualquier excusa para probárselo. Pero cuidado, los números no son neutrales.
El Banco Central Europeo publicó hace poco un estudio con una primera oleada de encuestas sobre la deuda y riqueza de los hogares en la eurozona. Conclusión aparente: los hogares griegos, italianos, chipriotas y españoles son más ricos que los alemanes. Saltó a las primeras páginas de la prensa seria alemana (Der Spiegel: “La mentira de la pobreza: Cómo los países de la crisis de Europa esconden su riqueza”, con la portada que se reproduce) y de la amarilla. Baste un ejemplo de lo que indica el informe: la mediana de riqueza neta de los hogares españoles es de 291.000 euros (los chipriotas, 671.000); y la de los hogares alemanes de tan sólo 195.000. Sigue leyendo