Las guerras de los robots

Robots1Estamos rodeados de robots, aunque no nos percatemos de ellos pues no son humanoides (el primer robot humanoide conocido lo diseñó, al parecer, Leonardo da Vinci). Un coche de hoy –algunos aparcan solos y Google está desarrollando otro que conduce de forma autónoma- está plagado de robots, y en eso, no tanto en la estética exterior, se parece poco a un automóvil de hace 30 años. En el mundo de los mercados financieros, son programas electrónicos los que intervienen en los mercados a velocidad de microsegundos, con peligrosas consecuencias. El auge de los robots, ahora conectados entre ellos por Internet, parece inexorable. Sigue leyendo

Anuncio publicitario

España bajo sospecha

Newly elected head of Spain's Catholic Church Cardinal Varela meets the media in Madrid

Una parte importante del poder blando que España había estado acumulando en las últimas décadas se está dilapidando. Íbamos por el mundo enseñando, con razón, los éxitos de nuestra Transición (aunque aplaudiéramos en otros las comisiones de la verdad o los juicios a sus dictadores). Hoy la Transición está en entredicho. Como lo está el Estado de las Autonomías en cuyo modelo se interesaban –ya mucho menos- otros países que descentralizaban sus sistemas políticos. También la sanidad pública española era objeto de atención y estudio.

Este poder blando se nutría también de la modernización de nuestros derechos civiles. En materia de aborto, nos normalizamos. Tras la de 1985, con la ley de 2010, que ahora se quiere revisar, no hicimos sino ponernos a la par con los regímenes que al respecto imperan en la mayor parte de los países de nuestro entorno europeo. En materia de enseñanza de Religión, también. Y en cuestión de matrimonio homosexual prácticamente fuimos pioneros, por delante de la Francia revolucionaria y muchos otros países que ahora se adentran por esta vía. Sigue leyendo

La competencia es de izquierdas

Competition

Este no es un país liberal. Incluso los que se autoproclaman liberales en términos económicos no lo son. En el fondo aborrecen la competencia que es la esencia del liberalismo económico (el neoliberalismo, como todo neo, es otra cosa). También muchas grandes empresas de este país. En el origen de toda fortuna en España “siempre suele haber una concesión”, indica un experto en inversiones en España, para el que Inditex (Zara) es “una excepción”. Hay otras. Aunque muchas empresas del Ibex-35 están íntimamente ligadas al Estado, a las tarifas y a la regulación. Por no hablar de un capitalismo propio, muy diferente al británico, en el que el accionista de a pie no cuenta. Algunos presidentes de grandes empresas españolas no lo serían si fueran británicas.

Nuestra derecha nunca ha sido liberal. Confunde liberalizar con privatizar.  En los 90, el PP privatizó antes que liberalizó, lo contrario de lo que venía haciendo el Gobierno de Felipe González. Como ocurre ahora con la Sanidad en Madrid. Se privatiza con otros fines, no para que haya competencia, pues son unas pocas empresas las que se reparten la tarta en el sector. Sigue leyendo

El ajuste de la austeridad

AUSTERITY2

La austeridad no funciona, o mejor dicho, la austeridad sola no funciona. En el sentido de que, en el caso de España, tres años después del anuncio de los recortes por Zapatero en aquel fatídico mayo de 2010, no sólo no está generando crecimiento y empleo, sino que, de momento, está agravando la situación.

Pero ¿qué es la austeridad? En el caso de España y otros países de nuestro entorno- no consiste sólo en recortar gasto público sino que también implica una austeridad privada, en todas las empresas y en los hogares ante la reducción de ingresos. Ésta deriva, en el caso de las personas, del paro y de la contracción de salarios en esa devaluación interna a que nos obliga una crisis asimétrica en una unión monetaria. Una cosa y la otra están ligadas, claro. Pues la austeridad, como señala Mark Blyth en Foreign Affairs es la deflación deliberada de salarios y precios internos a través de recortes en el gasto público. Sigue leyendo