Hará este año un siglo, en el verano de 1918, cuando la Primera Guerra Mundial estaba tocando a su fin ante lo que sería el armisticio de noviembre, Oswald Spengler publicó el primer volumen de su influyente La decadencia de Occidente (Der Untergang des Abendlandes). Cien años después vuelve a cundir que estamos ante el declive de Occidente–y más aún del orden relativamente mundial liberal que instauró–, aunque sea en términos relativos y poco tenga que ver con las causas que le atribuía Spengler a ese devenir. El pensador alemán, que rechazaba la visión eurocéntrica de la historia vista como antigua, medieval y moderna, consideró como inexorable, y casi mecánico, el desarrollo de lo que llamó las “altas culturas” (la “civilización” la veía como el comienzo del declive), en cuatro fases vitales: juventud, crecimiento, florecimiento y decadencia. Y en 1918 le había llegado el turno de esta última fase a ese fratricida Occidente, una de las ocho altas culturas que divisó: babilonia, egipcia, china, india, mesoamericana (azteca/maya), clásica (griega/romana), árabe (hebrea, semítica y cristiano-islámica) y occidental o europea-americana.
https://blog.realinstitutoelcano.org/la-decadencia-de-occidente-1918-2018/
English version
https://blog.realinstitutoelcano.org/en/the-decline-of-the-west-1918-2018/
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...