La llegada de Biden a la Casa Blanca abre la posibilidad de crear un marco de gobernanza progresista internacional
No ha habido ninguna Internacional Populista de extrema derecha, aunque Steve Bannon lo intentó, sin éxito. Pero se han reunido, se han apoyado y se han copiado entre ellos. Hay, por otra parte, una red conservadora. La llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, y cuando la predominancia del neoliberalismo puede estar tocando a su fin, abre la oportunidad de retomar un viejo proyecto, la de un movimiento global progresista, bajo nuevas formas. Ante la desaparición de hecho de la Internacional Socialista, por algo así abogaba en 2011, ya como ex presidente de Brasil, Lula da Silva. Más que una internacional a la antigua usanza, se trata de generar una red. Puede apoyar a algunos en la oposición, y aportarles nuevas ideas. Pero necesita de dirigentes al frente de Gobiernos importantes. ¿Quién, sino Biden? Aunque por ahora el presidente electo de EE UU parece más interesado en sacar adelante su G10 o D10 de grandes democracias, aunque la defensa de la democracia, en peligro, sea una prioridad también para el progresismo.