Por una nueva red progresista global

La llegada de Biden a la Casa Blanca abre la posibilidad de crear un marco de gobernanza progresista internacional

No ha habido ninguna Internacional Populista de extrema derecha, aunque Steve Bannon lo intentó, sin éxito. Pero se han reunido, se han apoyado y se han copiado entre ellos. Hay, por otra parte, una red conservadora. La llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, y cuando la predominancia del neoliberalismo puede estar tocando a su fin, abre la oportunidad de retomar un viejo proyecto, la de un movimiento global progresista, bajo nuevas formas. Ante la desaparición de hecho de la Internacional Socialista, por algo así abogaba en 2011, ya como ex presidente de Brasil, Lula da Silva. Más que una internacional a la antigua usanza, se trata de generar una red. Puede apoyar a algunos en la oposición, y aportarles nuevas ideas. Pero necesita de dirigentes al frente de Gobiernos importantes. ¿Quién, sino Biden? Aunque por ahora el presidente electo de EE UU parece más interesado en sacar adelante su G10 o D10 de grandes democracias, aunque la defensa de la democracia, en peligro, sea una prioridad también para el progresismo.

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/nueva-red-progresista-global_129_6464499.html?utm_source=adelanto&utm_medium=email&utm_content=Socio&utm_campaign=11/27/2020-adelanto&goal=0_10e11ebad6-d62dff4e06-56333765&mc_cid=d62dff4e06&mc_eid=299ebf80b0

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Vacuidad y esperanzas del G20

En plena pandemia global y consecuente gravísima crisis económica, el G20 no ha estado a la altura. De hecho, el G20 –agrupación, que no organización, de Estados que representan dos terceras partes de la población del planeta y un 85% del PIB mundial– funcionó en 2008-2009 ante la crisis económica y financiera de entonces porque hubo coordinación entre sus componentes que compartieron intereses y políticas. Hubo liderazgo por parte de EEUU, el Reino Unido y Francia. En 2020, ante el COVID-19 ha habido un inicial “sálvese quien pueda”, algunos elementos de desglobalización y proteccionismo, y falta de intereses comunes o compartidos en grado suficiente, aunque la carrera hacia más gasto público en seguida se hizo general, con o sin G20. Al liderazgo de Arabia Saudí en 2020, por rotación, no sólo le ha quedado grande la tarea, pese a haber convocado 36 reuniones ministeriales bajo su mandato, sino también por haberse puesto de forma demasiado evidente al servicio de los EEUU de Donald Trump. Quizá tras la cumbre (telemática) de Riad de este pasado fin de semana, el G20 pueda cambiar y hacerse más útil ahora que, asume su presidencia un país de peso como es Italia, con un Joe Biden como probable presidente de EEUU, más llevado a un cierto multilateralismo que más que recauchutar hay que reinventar. Con la esperanza de que la diplomacia digital deje paso de nuevo, tras el control de la pandemia, a una presencial mucho más efectiva y útil.

https://blog.realinstitutoelcano.org/vacuidad-y-esperanzas-del-g20

English version:

https://blog.realinstitutoelcano.org/en/g20-vacuity-and-hope/

El presidente Biden y la sombra del trumpismo

Joe Biden ha podido con la persona de Trump pero tendrá que lidiar con el fantasma del trumpismo. Biden es el presidente que más votos ha logrado en la historia (aunque la población y la participación han crecido, claro, y en porcentaje no ha superado al Obama de 2008). Ha ganado, pero no ha habido “marea azul” (el color de los demócratas), pese a los sondeos previos. Donald Trump, con tanto en contra en plena pandemia y crisis económica, ha obtenido más votos que cuatro años atrás y le deja a su contrincante una herencia envenenada en un paisaje en el que el trumpismo no se desdibujará. Se ha dicho a menudo que Trump, un outsider, ha sido más efecto que causa, pero su mandato deja huellas profundas. Ha sido efecto y causa. Y no va a dejar de seguir influyendo, en una sociedad que ha contribuido a polarizar aún más de lo que estaba. Hay dos EEUU, dos Américas, como dicen ellos, dos almas, que de momento parecen irreconciliables, porque se asientan sobre profundas diferencias culturales, identitarias, que se traducen en amistades separadas, en vecindarios deslindados, e incluso en actitudes contrapuestas ante el COVID-19. Biden se ha comprometido a poner fin a la “sombría era de demonización” en EEUU.

https://blog.realinstitutoelcano.org/el-presidente-biden-y-la-sombra-del-trumpismo/

English version:

https://blog.realinstitutoelcano.org/en/president-biden-and-the-shadow-of-trumpism/

Confinamientos contra el hedonismo

La búsqueda del placer nos está dificultando la lucha contra la pandemia. Aprendamos de los asiáticos

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/confinamientos-hedonismo_129_6386150.html