Provincianos en la era global

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España se ha vuelto más provinciana. Sus gentes, sus ciudades, probable y paradójicamente cuando más extranjeros circulan por sus calles. El Madrid del café con leche, no digamos. Barcelona, ¿solo capital de Cataluña? Las universidades, aunque hay excepciones, en general se han vuelto más cerradas, más provincianas.  Cada Comunidad Autónoma se mira antes a sí misma, y saca el qué hay de lo mío antes que el qué hay de lo nuestro. Quizás porque “lo nuestro” no está claro cuando de lo local pasamos directamente a lo global. Sigue leyendo

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Estado secuestrado y seguridad ontológica

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Hay minorías radicales que secuestran a partidos políticos desde dentro. O que secuestran a todo un país democrático. Y de paso al mundo entero. Es el caso del Tea Party y el Partido Republicano. Tras perder los republicanos las elecciones de 2012 -la Casa Blanca y el Senado- algunos dieron por difunto al Tea Party, dejaron de hablar de él. Pero los republicanos retuvieron la Cámara de Representantes, y desde allí, el Tea Party ha logrado secuestrar al Partido Republicano y éste tiene secuestrado al Estado. Ha lanzado un órdago que implica el cierre parcial del Estado (los americanos lo llaman Government) para intentar retrasar y eventualmente anular la tímida reforma sanitaria de un Obama al que odian, aprobada tres años atrás, refrendada en las elecciones de noviembre y cuya parte principal entró en vigor la semana pasada. Sigue leyendo

Europa, nuevo comienzo

Politischer Aschermittwoch - CDU

La sonada victoria de Angela Merkel en las elecciones alemanas y las trompetas del fin de la recesión en Europa puede marcar un nuevo comienzo para Europa, aunque quizás no el que más necesita España. Desde el BCE Mario Draghi ha advertido, sin embargo, contra echar las campanas al vuelo y muchas economías, entre ellas la española, aún padecen enormes problemas. Sigue leyendo

Algo habrán hecho

La escena. El día de la Diada, en la que muchos miles de catalanes hicieron su cadena cívica de norte a sur de Cataluña, cuyo enorme impacto aún se está digiriendo, el delegado de la Generalitat en Madrid, Josep María Bosch, se disponía a tomar la palabra en una pequeña recepción en el Centro Cultural Blanquerna, en la madrileña calle de Alcalá, donde tiene también su delegación oficial. Bien entrenado, y sin duda avisado, en ese momento irrumpió un grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, algunos tapados, con banderas de Alianza Nacional y del falangista  yugo y flechas, rompiendo los cristales de las puertas, abriéndose paso violentamente entre el centenar de asistentes y amedrantando a algunos, y destrozando el atril, al grito de “Nos nos engañan, Cataluña es España”. Salieron pronto, pero rociando el último de ellos un gas irritante que obligó a los asistentes a salir precipitadamente a la calle. El acto se desarrolló posteriormente en un jardín adjunto. Pero a muchos nos dejó el resabio de algo que no habíamos vivido desde el franquismo y los albores de la Transición. Doce de los fachas gamberros, conocidos, fueron detenidos, aunque la policía debió haber vigilado mejor el lugar antes.
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La buena sociedad

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Tiene algo de Utopía, pero quizás sea imprescindible en estos tiempos. El debate sobre la «buena sociedad» empezó hace cinco años entre socialdemócratas alemanes y laboristas británicos para intentar superar el Neue Mitte de Schröder y la Tercera Vía de Blair, o la posterior «gobernanza progresista. Estas son opciones todas desprestigiadas en la izquierda democrática con la crisis originada en 2007-2008 en unos mercados financieros desenfrenados. Se plantearon esencialmente desde el poder, Bill Clinton incluido, en un momento mundial unipolar de «fin de la historia». Hoy, la búsqueda socialdemócrata se hace esencialmente desde la oposición, y en el Reino Unido el líder laborista, Ed Miliband, prefiere aferrarse a su concepto inclusivo de One Nation. Sigue leyendo

Merkel y la Marca Bárcenas

Bárcenas en el Supremo

La Marca Bárcenas le está haciendo mucho daño a la Marca España. Y a la propia imagen y credibilidad exterior de Rajoy. Por varias razones. La primera por lo que está poniendo de relieve de corrupción política en España. La segunda porque todo lo que ha salido hasta ahora no ha tenido ninguna consecuencia política. Aquí no ha dimitido nadie. Sería impensable en Alemania –donde los ministros dimiten por haber fusilado partes de sus tesis doctorales años antes-, o en el Reino Unido, por no hablar de los países nórdicos, donde se hace una clara distinción entre las responsabilidades políticas y las penales. Sigue leyendo

¿Un sueño español?

Obama Xi Jinping

Los presidentes de los dos países más importantes del mundo, Barack Obama y Xin Jinping, se reunieron en Sunnylands, California el anterior fin de semana. El chino le explicó al americano el “sueño chino”, el último lema oficial, en un horizonte a medio y largo plazo, de 2020 y 2050. Y aunque EE UU ha perdido poder en términos relativos, el sueño americano –el de que cualquiera puede ascender con trabajo y suerte- se mantiene a pesar de la crisis y una creciente desigualdad que lo hace mucho más difícil. El propio Obama, el primer negro que llega a la Casa Blanca, es parte de ese sueño. Los grandes parecen poder soñar. Y este debate sobre sueños que tuvieron ambos mandatario me ha llevado a pensar, ¿dónde está el sueño español? Sigue leyendo

España bajo sospecha

Newly elected head of Spain's Catholic Church Cardinal Varela meets the media in Madrid

Una parte importante del poder blando que España había estado acumulando en las últimas décadas se está dilapidando. Íbamos por el mundo enseñando, con razón, los éxitos de nuestra Transición (aunque aplaudiéramos en otros las comisiones de la verdad o los juicios a sus dictadores). Hoy la Transición está en entredicho. Como lo está el Estado de las Autonomías en cuyo modelo se interesaban –ya mucho menos- otros países que descentralizaban sus sistemas políticos. También la sanidad pública española era objeto de atención y estudio.

Este poder blando se nutría también de la modernización de nuestros derechos civiles. En materia de aborto, nos normalizamos. Tras la de 1985, con la ley de 2010, que ahora se quiere revisar, no hicimos sino ponernos a la par con los regímenes que al respecto imperan en la mayor parte de los países de nuestro entorno europeo. En materia de enseñanza de Religión, también. Y en cuestión de matrimonio homosexual prácticamente fuimos pioneros, por delante de la Francia revolucionaria y muchos otros países que ahora se adentran por esta vía. Sigue leyendo

¿Lo harán ellos?

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El sistema político está haciendo aguas. Estamos ante un final de régimen, aunque no se sabe el tiempo que tomará transformarlo. Cuando más dure, más difícil será un cambio con reforma y no con ruptura, en un país que no ha sabido nunca reformar sus constituciones –entiéndase reformas a fondo- sino que siempre la has cambiado de forma traumática. Estamos ante una oportunidad de hacer bien las cosas. El problema es ¿quién lo hará? ¿Existen los actores políticos para conducir este cambio?

Reformar la Constitución es necesario, pero no suficiente. Pues hay que actuar también al nivel de todas las instituciones –incluida, claro está, la Corona-, y de los partidos,  con cambios que en algunos casos no resolverán nuevas leyes. Lo más difícil es una transformación de la cultura política imperante, sin la cual todo esfuerzo resultará vano. Pues, a pesar de las diversas constituciones y regímenes, el caciquismo, por ejemplo, tiende a reproducirse, a veces a través de las mismas familias en diversos regímenes (como ha ocurrido, según recuerda José Saturnino Martínez, con los Fabra en Castellón desde principios del siglo pasado). Sigue leyendo

Bajón de nivel

MINOLTA DIGITAL CAMERAEspaña está sufriendo un bajón de nivel. Desde la crisis, desde los recortes y desde que es un país en parte intervenido, se nota en casi todo,  En la economía, en la política, en el debate cultural e intelectual. Se aprecia en la presencia internacional de España. Durante un tiempo, España estuvo en una categoría superior a su peso. “Si alguna vez, España boxeó por encima de su peso en Bruselas, hoy lo hace muy por debajo”, señala Ignacio Molina en un paper recomendable. Lo logró por su cohesión interna y el ejemplo de la Transición, por su dinamismo económico, por su integración en la UE y por un nuevo tipo de relaciones bien diseñadas con América Latina alejadas de la retórica. Esencialmente, lo logró por estar a la altura de los tiempos, porque sabíamos lo que queríamos ser. Sigue leyendo