Estado secuestrado y seguridad ontológica

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Hay minorías radicales que secuestran a partidos políticos desde dentro. O que secuestran a todo un país democrático. Y de paso al mundo entero. Es el caso del Tea Party y el Partido Republicano. Tras perder los republicanos las elecciones de 2012 -la Casa Blanca y el Senado- algunos dieron por difunto al Tea Party, dejaron de hablar de él. Pero los republicanos retuvieron la Cámara de Representantes, y desde allí, el Tea Party ha logrado secuestrar al Partido Republicano y éste tiene secuestrado al Estado. Ha lanzado un órdago que implica el cierre parcial del Estado (los americanos lo llaman Government) para intentar retrasar y eventualmente anular la tímida reforma sanitaria de un Obama al que odian, aprobada tres años atrás, refrendada en las elecciones de noviembre y cuya parte principal entró en vigor la semana pasada. Sigue leyendo

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Algo habrán hecho

La escena. El día de la Diada, en la que muchos miles de catalanes hicieron su cadena cívica de norte a sur de Cataluña, cuyo enorme impacto aún se está digiriendo, el delegado de la Generalitat en Madrid, Josep María Bosch, se disponía a tomar la palabra en una pequeña recepción en el Centro Cultural Blanquerna, en la madrileña calle de Alcalá, donde tiene también su delegación oficial. Bien entrenado, y sin duda avisado, en ese momento irrumpió un grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, algunos tapados, con banderas de Alianza Nacional y del falangista  yugo y flechas, rompiendo los cristales de las puertas, abriéndose paso violentamente entre el centenar de asistentes y amedrantando a algunos, y destrozando el atril, al grito de “Nos nos engañan, Cataluña es España”. Salieron pronto, pero rociando el último de ellos un gas irritante que obligó a los asistentes a salir precipitadamente a la calle. El acto se desarrolló posteriormente en un jardín adjunto. Pero a muchos nos dejó el resabio de algo que no habíamos vivido desde el franquismo y los albores de la Transición. Doce de los fachas gamberros, conocidos, fueron detenidos, aunque la policía debió haber vigilado mejor el lugar antes.
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