Este no es un país liberal. Incluso los que se autoproclaman liberales en términos económicos no lo son. En el fondo aborrecen la competencia que es la esencia del liberalismo económico (el neoliberalismo, como todo neo, es otra cosa). También muchas grandes empresas de este país. En el origen de toda fortuna en España “siempre suele haber una concesión”, indica un experto en inversiones en España, para el que Inditex (Zara) es “una excepción”. Hay otras. Aunque muchas empresas del Ibex-35 están íntimamente ligadas al Estado, a las tarifas y a la regulación. Por no hablar de un capitalismo propio, muy diferente al británico, en el que el accionista de a pie no cuenta. Algunos presidentes de grandes empresas españolas no lo serían si fueran británicas.
Nuestra derecha nunca ha sido liberal. Confunde liberalizar con privatizar. En los 90, el PP privatizó antes que liberalizó, lo contrario de lo que venía haciendo el Gobierno de Felipe González. Como ocurre ahora con la Sanidad en Madrid. Se privatiza con otros fines, no para que haya competencia, pues son unas pocas empresas las que se reparten la tarta en el sector. Sigue leyendo